La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH-RD) fijando posición pública sobre la ley de partidos políticos y la modalidad en la que deberían desarrollarse las elecciones internas de estos, expresa su firme rechazo al modelo de primarias abiertas que se pretende implementar en el país.
No es un secreto para nadie que lo que rige en nuestro país es una caricatura de democracia, la cual es violentada cada día por un sistema político cuya razón de ser es la perpetuación en el poder de una clase dirigente corrupta e inepta.
El partido al gobierno está fagocitando las instituciones públicas transformándolas en apéndices de su estructura.
El momento más alto de la vida democrática de un país, representado por las elecciones políticas, ya desde tiempo ha perdido su significado, viciadas como son estas por clientelismo, corrupción, compra y venta de votos, incidentes y fraudes.
Lamentablemente este es el panorama político al cual los dominicanos y las dominicanas miramos cada día y que dominará las próximas elecciones.
El intento de imponer un sistema de elecciones internas de los partidos basado sobre las primarias abiertas representa solamente un detalle más que encaja muy bien en ese panorama desolador.
Las primarias abiertas desvirtúan la esencia misma de los partidos políticos y por ende de la democracia, abren el paso a negociaciones y corrupción, alejan los ciudadanos de la esencia misma de la política y amenazan gravemente la participación ciudadana; convierten la política en politiquería y los políticos en politiqueros. En la coyuntura actual de nuestro país favorecen las pretensiones reeleccionistas del presidente Danilo Medina y la transformación del Partido de la Liberación Dominicana en partido de Estado.
Destacamos también el carácter anticonstitucional de las primarias abiertas. Nuestra Constitución en su artículo 216 establece que “la organización de los partidos, agrupaciones y movimientos políticos es libre, con sujeción a los principios establecidos en esta Constitución” lo que significa que desde el Estado no puede imponerse la forma de elección de los candidatos que cada partido libremente escoja. Esto violaría el principio de libre asociación y sería una injerencia peligrosa para la democracia.
De hecho la Suprema Corte de Justicia, con sentencia del 16 de marzo del 2005 declaró no conforme con la Constitución la Ley No. 1286-04 del 15 de agosto del 2004, que establecía el sistema de elecciones primarias para todos los partidos.
Las primarias abiertas representan además un costo innecesario valorado en más de 5mil millones de pesos como declarado por el presidente de la Junta Central Electoral, Julio César Castaño Guzmán.
“En momentos en los que el pueblo está clamando por la realización de obras de infraestructuras en varios puntos del país y que la deuda pública está amenazando gravemente la implementación de políticas públicas dirigidas a los sectores más marginados de la población, la implementación de un sistema de primarias abiertas que llevarían los dominicanos y las dominicanas a 3 o 4 procesos electorales en menos de seis meses, representa uno de los desaciertos a los que el Partido de la Liberación Dominicana nos quiere llevar con tanto de perpetrarse en el poder” ha declarado el Dr. Manuel María Mercedes Medina presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Llamamos por lo tanto a los diputados para que no acojan este modelo de primarias abiertas y que actúen en representación de los mejores intereses del pueblo dominicano.
Desde la Comisión Nacional de los Derechos Humanos reiteramos que abogamos por un sistema de elecciones internas de primarias cerradas al considerar que representan la democratización de los procesos de selección de las estructuras partidarias y devuelven la esencia de la política en las manos de la militancia y de la base de los partidos políticos, restituyendo a la democracia participativa su espacio natural de expresión.
Santo Domingo, D.N.
23 de Mayo de 2018