baner-25nove-newtemplate2En esta nueva conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH-RD), una vez más condena este crimen que, como declarado por Ban Ki-moon, Secretario General de la ONU, “es una violación de los derechos humanos, una pandemia de salud pública y un grave obstáculo para el desarrollo sostenible”.

Según datos de la Procuraduría General de la República son 70 los casos de feminicidios ocurridos en el 2016 en nuestro país. Sabemos que el número es mucho más alto y que el fenómeno es demasiado complejo y grave para cerrarlo en renglones estadísticos.

No existen datos ciertos sobre los intentos de asesinatos, sobre la violencia psicológica y el fenómeno de stalking, sobre el número de denuncias retiradas y las que no han sido depositadas por miedo, amenazas o dependencia económica de la mujer hacia la pareja.

Ya es hora de pasar de las palabras a los hechos, visto que décadas de programas públicos contra la violencia de género, realizados con cuantiosas inversiones de organizaciones extranjeras, al parecer no han producido los resultados esperados.

Coincidimos con el Procurador General de la República Jean Rodríguez, que es necesaria “la unificación de voluntades de los diferentes sectores de la sociedad” para combatir este flagelo y desde ahora damos nuestra disponibilidad plena a unirnos a ese “gran ejército de paz, para desplazar el accionar machista” al que él hace llamado a sumarse. Por esta vía reiteramos nuestra disponibilidad a trabajar en la comunidad donde existe nuestra sede nacional, o sea en Cristo Rey, en el desarrollo de iniciativas en las escuelas y en la implementación en nuestra oficina de una ventanilla de atención a la mujer maltratada.  

Lamentablemente, una vez más, tenemos que reiterar que las dificultades económicas son el único motivo que impiden la realización de actividades en los barrios y en las comunidades, que es donde hay que trabajar más profundamente y constantemente.

Nuestro proyecto “Efecto Mariposa”,  que tiene el objetivo de brindar a los estudiantes  herramientas para poder detectar posibles situaciones de violencia de género y/o violencia sexual en sus entornos y poder así responder de forma adecuada,  concientizar respecto a estas problemáticas y  ser instrumento de prevención respecto a ellas,  ha sido exitoso cuando se ha podido realizar gracias a las contribuciones de la Embajada de Canadá en nuestro país,  entre otras misiones diplomáticas que han contribuido con su realización.

Estamos convencidos de la necesidad de que el Estado invierta más recursos en actividades prácticas en los barrios, apoyándose a organizaciones de la sociedad civil que cuenten con arraigo y presencia en las comunidades y que gocen de la confianza de la población.

El respeto hacia la mujer, la solidaridad, que hace que no seamos cómplices en los casos de violencia de género, la conciencia y la lucha al machismo, actividades de liberación económica de la mujer y soporte psicológico a mujeres maltratadas y a sus hijos, no son como las tareas de la escuela que se aprenden de memoria, es necesario un trabajo constante, de calidad y que cuente con aliados comunitarios, con mujeres solidarias y entregadas a su comunidad, con una presencia constante en las escuelas y entre los jóvenes.

Solo así será posible construir ese “ejercito de paz” al que anhela el Procurador General de la República y eliminar este flagelo que tanto daño hace a nuestra sociedad y a las generaciones futuras.

Santo Domingo, D.N.

25 de noviembre de 2016

 

 

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